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Las 5 caras de la industria automovilística china

Dr. Rainer Mehl
13 Jan 2023

Gran mercado, gran competidor, fuente de innovación, socio poderoso y eje de la cadena de suministro. ¿Cómo ve la industria automovilística china?

China es mucho más que un mercado emergente para los fabricantes tradicionales de automóviles: es el mayor mercado del mundo, un gran desafío y, quizá lo más importante, un socio crucial para la innovación. ¿Cuál será el papel de China en la industria automovilística mundial?

He hecho más de 40 viajes a China en los últimos 15 años y es increíble observar lo mucho que ha cambiado el papel del país en la industria automovilística mundial durante ese tiempo. En pocas palabras, es una historia de rápida evolución, de ambicioso imitador a serio aspirante. La transformación de la industria -impulsada por la electrificación, la softwarización y la búsqueda de la conducción autónoma- ha dado lugar a un fascinante y rápido cambio de papel para la industria automovilística china y su ecosistema tecnológico.

Los inicios de la industria automovilística en China y mi querido Santana

Entonces, ¿cómo debemos ver a China dentro de la industria del automóvil? Hace diez o quince años, la respuesta podría haber sido sencilla: un enorme mercado emergente para las marcas establecidas y un importante socio en la cadena de suministro que suministra muchos de los materiales y componentes necesarios para una producción en serie rentable.

Hoy, la respuesta es mucho más compleja. En los últimos meses, los fabricantes chinos han sido noticia por su presencia en el Salón del Automóvil de París, el Grupo Volkswagen (a través de su división de software CARIAD) se ha asociado con Horizon Robotics (una empresa de menos de diez años que ya es líder en el desarrollo de tecnología para la conducción autónoma y asistida) y cada vez son más los vehículos eléctricos chinos que circulan por las carreteras europeas.

Exploremos las múltiples caras de la pujante industria automovilística china.

1. China como mercado (único)

China es el mayor mercado del mundo (y sigue creciendo), por lo que sus ventas son muy importantes para los fabricantes de automóviles. Cada vez más, se está convirtiendo en el principal objetivo de las grandes empresas automovilísticas. China fue el mayor comprador de las exportaciones de coches alemanes en 2021. La tendencia continuó en 2022, con Mercedes Benz vendiendo casi 3 veces más vehículos en China que en Estados Unidos. Tal es la importancia del mercado que tanto Tesla como Mercedes-Benz anunciaron recientemente reducciones de precios en sus vehículos eléctricos en China, a pesar de que los precios inicialmente se mantuvieron firmes o aumentaron en otros mercados. ¿Tratamiento preferente para el mercado más importante de un fabricante de automóviles?

La competencia por la cuota de mercado va más allá de los precios. Audi acaba de presentar su concept urban sphere, un vehículo eléctrico de lujo (descrito como una “nave espacial sobre ruedas” por Marc Lichte, Jefe de Diseño) diseñado en colaboración con clientes chinos y pensando en las megalópolis del país. Está por ver si el coche llegará a la producción en su versión actual. Sin embargo, indica claramente que China está en el centro de los pensamientos de los fabricantes de automóviles a la hora de diseñar y desarrollar nuevos productos.

Es demasiado simplista decir que es sólo el tamaño lo que hace de China un mercado único. También son los clientes. Durante mis numerosos viajes a Extremo Oriente. Me sorprendió cómo los consumidores chinos habían dejado atrás la era del PC: el primer dispositivo “informático” que llegó a las masas fue realmente el teléfono móvil. Esta mentalidad de “primero el móvil” ha generado grandes expectativas de experiencias de movilidad digital sofisticadas, personalizadas y conectadas.

Los fabricantes de automóviles que aspiran a competir en este importante mercado deben pensar más allá del infoentretenimiento y elevar el nivel de sus experiencias de movilidad digital y en el automóvil para atraer a este exigente y masivo grupo demográfico. Hay mucho que aprender del mercado chino y las capacidades necesarias para competir allí ayudarían sin duda a los fabricantes de automóviles europeos y norteamericanos a elevar su oferta de servicios y prestaciones y a ser más competitivos a escala mundial.

Carmakers aspiring to compete in this important market need to think beyond infotainment and raise the level of their in-car and digital mobility experiences in order to appeal to this demanding and massive demographic. There is much to learn from the Chinese market and the capabilities needed to compete there would undoubtedly help European and North American car makers elevate their service and feature offerings and become more competitive globally.  

2. China como aspirante

Según las ventas de los tres primeros trimestres de 2022, China superó a Alemania como segundo exportador mundial de automóviles. Un solo año (sobre todo uno caracterizado por turbulencias casi constantes) no lo dice todo, pero este estatus de “serio aspirante” también se confirmó en el Salón del Automóvil de París, donde los fabricantes de automóviles chinos acapararon todos los titulares. Mientras que los vehículos chinos con motor de combustión interna carecían a menudo de la credibilidad necesaria para penetrar en los mercados europeos (en gran parte debido a la debilidad de sus marcas, sus bajos índices de seguridad y la calidad de su fabricación), la electrificación ha nivelado el terreno de juego y las marcas chinas rivalizan ahora con las europeas y norteamericanas en mercados que han dominado durante décadas.

Esto se debe a varias razones, como la ventaja y el respaldo gubernamental a la movilidad eléctrica, la proximidad a los materiales y la capacidad de fabricación necesarios para producir grandes volúmenes, así como las sólidas capacidades de los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS). Este conjunto único de ventajas se ha traducido en propuestas altamente competitivas e innovadoras, como la tecnología y el servicio de intercambio de baterías de NIO o el uso por parte de XPENG de la asistencia en el automóvil impulsada por IA y el avance hacia la conducción autónoma. A medida que los fabricantes de automóviles se apresuran a sacar al mercado sus vehículos eléctricos y semiautónomos, los fabricantes chinos podrían estar bien posicionados para competir por una mayor cuota de mercado en los próximos años.

Es posible que los fabricantes tradicionales, varios de los cuales están lidiando actualmente (y podría decirse que luchando) con la transición a la movilidad eléctrica, no vean con buenos ojos esta competencia adicional a corto plazo. Pero, tras haber presenciado la entrada y el dinámico crecimiento de Tesla, está claro que una mayor competencia, procedente de nuevas fuentes, motiva a otros fabricantes de automóviles a acelerar su progreso. Los clientes y los observadores del sector agradecerán el aumento de la competencia y la oportunidad de disfrutar de más opciones y más innovación.

3. China como eje de la cadena de suministro

Desde el acero hasta la extracción y el refinado de tierras raras, pasando por los chips y los semiconductores, los recursos y la capacidad de fabricación de China son fundamentales para la industria automovilística mundial, sobre todo ahora que el sector se centra en la electrificación.

Las baterías suelen representar entre el 30% y el 40% del valor de un vehículo eléctrico (VE). Con la excepción de la extracción de las materias primas necesarias para la producción de baterías, China domina toda la cadena de suministro de baterías para VE: es el líder (con diferencia) en las áreas de procesamiento de materiales, componentes de celdas, producción de celdas de baterías y producción de VE (AIE).

Aunque los fabricantes de automóviles europeos y norteamericanos trabajan ahora para diversificar sus cadenas de suministro mundiales y reducir la dependencia, está claro que, para fabricar vehículos eléctricos de forma rentable y en grandes cantidades hoy en día, China debe ser una pieza clave del plan.

Geographical distribution of the global EV battery supply chain - china an emerging market for automotive
Source (IEA)

Otro factor clave que juega a favor de los fabricantes chinos es su capacidad para seguir produciendo vehículos mientras que los fabricantes de otros lugares (especialmente en Europa) han tenido dificultades. Un ejemplo reciente de la creciente confianza en los vehículos eléctricos fabricados en China es el acuerdo de SIXT para adquirir 100.000 unidades de BYD para sus operaciones europeas. Es un acuerdo que indica no sólo la creciente credibilidad del producto chino, sino también un alto grado de confianza en la capacidad de producción, así como en la disponibilidad de materiales y componentes.

4. China como fuente de innovación (rápida)

Si tenemos en cuenta las principales corrientes de disrupción que se están produciendo en la industria automovilística mundial -electrificación, softwarización y conducción autónoma-, es obvio que China desempeña un papel importante o de liderazgo en todas ellas. Gracias a empresas como CATL (y a su impresionante historia de crecimiento), China está aportando tecnología de baterías, conocimientos técnicos de producción e innovación al resto del mundo y, a través de la venta de baterías al Grupo Volkswagen, BMW, Mercedes y Stellantis, está permitiendo a otros fabricantes de equipos originales aumentar su negocio de vehículos eléctricos.

Los fabricantes de automóviles europeos y norteamericanos se están poniendo al día (con sus propias iniciativas en materia de baterías), pero sus recientes avances en el despliegue de vehículos eléctricos viables deben mucho a la tecnología desarrollada y fabricada en China.

Panorama actual de la automoción y la movilidad en China

La producción de baterías no es el único ámbito en el que China parece un modelo a seguir para la industria. Con un rico ecosistema tecnológico formado por gigantes de la tecnología como Alibaba, Baidu, Huawei, Tencent y Xiaomi, se puede decir que China lidera el camino o, al menos, está a la vanguardia de la innovación en materia de conectividad, software para automóviles, inteligencia artificial y conducción automatizada/autónoma (busque ejemplos de RoboTaxi en YouTube para ver a qué me refiero).

Mientras Europa y Norteamérica se debaten entre los pros y los contras de introducir Apple CarPlay y Android Auto en sus vehículos, Tencent está haciendo posible desde coches inteligentes hasta la integración en el vehículo de redes sociales, transmisión de vídeo, mensajería y funciones comerciales. Unos 600 socios del sector, entre ellos Geely (Volvo y Polestar), Mercedes Benz y BMW, ya colaboran con Tencent, lo que sitúa a la empresa y su ecosistema en una posición privilegiada para desempeñar un papel fundamental en la configuración de la experiencia del conductor y el pasajero en el mayor mercado del mundo, y quizá más allá. 

Tal vez sea natural suponer que lo que funciona en China puede no ser apropiado para los mercados europeo y norteamericano, pero se trata de una visión demasiado simplista. China tiene algunas de las redes viarias más congestionadas (y a menudo caóticas) del mundo, lo que la convierte en un entorno de pruebas perfecto para la conducción asistida y autónoma. Del mismo modo, la diversidad de la población -desde la Generación Z a la Generación de Plata, por no hablar de las variaciones regionales- significa que la industria china es experta en atender una amplísima gama de necesidades, valores y niveles de madurez digital. La innovación que inspira esta diversidad -y la rapidez con la que avanza la industria china- es algo de lo que también podrían beneficiarse los fabricantes de automóviles europeos y norteamericanos.

5. China como socio clave

Los principales fabricantes de automóviles de Europa y Norteamérica ya han establecido asociaciones con empresas chinas en ámbitos como la producción y fabricación de baterías. Son cruciales para el futuro de la industria y, sin embargo, reflejan sólo una dimensión de la relación con China.

Durante muchos años, el consenso común era que China tenía mucho que aprender del resto del mundo. Hoy se puede afirmar que las tornas han cambiado y que los fabricantes tradicionales de automóviles tienen tanto o más que aprender de sus homólogos chinos.

Hoy en día, las empresas internacionales hacen cola para acceder a los conocimientos desarrollados en China a través de nuevas asociaciones o de una mayor inversión en I+D. Por ejemplo, el Grupo Volkswagen, a través de su división de software CARIAD, anunció recientemente una inversión de 2 400 millones de euros en una asociación con Horizon Robotics destinada a acelerar el avance del Grupo hacia la conducción autónoma.

Mercedes-Benz ha establecido varias asociaciones con Tencent, incluidos acuerdos clave en el ámbito de la conducción autónoma, el infoentretenimiento y la ciberseguridad. Sólo en 2022, Mercedes Benz, VW/CARIAD y Audi abrieron o ampliaron sus operaciones de I+D en China. Aunque gran parte de esta actividad está orientada a reforzar posiciones en el mercado chino, está claro que China y su extraordinario talento automovilístico son cada vez más tenidos en cuenta para proporcionar una rápida innovación e inspiración que puedan aplicarse a escala mundial.

Se rumorea que Renault respalda a BeyonCa, una empresa china recién llegada a la categoría de vehículos eléctricos de gama alta que aspira a hacerse un hueco en Europa. Por otra parte, Polestar, una marca de vehículos eléctricos que aprovecha su relación con Volvo y su herencia escandinava para atraer a clientes de todo el mundo, es propiedad de la empresa china Geely. Los coches se diseñan en Suecia y se fabrican en Luqiao (China), desde donde se envían a Estados Unidos, Europa y otros mercados importantes. La historia de Polestar es un magnífico ejemplo de cómo China ha pasado a primer plano como centro de las perspectivas de una marca de rápido crecimiento y gran prestigio, y de cómo está profundamente arraigada en el corazón de la industria y conectada en todas las direcciones posibles.

¿Qué debe pensar el mundo del creciente papel de China en la industria automovilística mundial? Es el mercado más grande y de más rápido crecimiento, un actor importante en la cadena de suministro, un impulsor de la movilidad eléctrica y una fuente floreciente de nuevas innovaciones. China no debe considerarse un simple proveedor de materiales y capacidad de fabricación, ni un mero rival del que desconfiar. Por el contrario, debemos estudiar cómo las asociaciones mutuamente beneficiosas pueden aportar el mayor beneficio, para los clientes y para el planeta.

Acogiendo la innovación y la perspectiva chinas en un ecosistema y una cadena de suministro automovilísticos globales y diversificados, y facilitando las asociaciones adecuadas, podemos acelerar el camino de la industria hacia la consecución de sus importantes objetivos generacionales y ayudarnos a todos a disfrutar de un futuro de movilidad sostenible, segura y sin estrés.

Espero con optimismo observar la evolución de China como actor principal de la industria automovilística mundial.

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