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El valor de los residuos

Cómo nuestros equipos crearon una aplicación para impulsar el reciclaje de desechos plásticos en el sudeste asiático

Cuando una empresa de reciclaje líder en Malasia se acercó a Capgemini en busca de una solución para aumentar el plástico que les llegaba para reciclar, nuestro equipo ideó una verdadera innovación y un gran ejemplo de cómo la visión combinada con la tecnología puede marcar una gran diferencia en el mundo a nuestro alrededor.

Un momento de iluminación

Para Keziah Quek, responsable de ecosistemas y sostenibilidad en Applied Innovation Exchange de Capgemini y directora de proyectos, fue uno de esos momentos de iluminación que solo ocurren unas pocas veces en una carrera. 
 
La empresa de reciclaje de Malasia, Heng Hiap Industries, acababa de compartir con Capgemini su idea de ‘Uberizar’ la recolección de desechos plásticos en la región, transformando los servicios locales a través de la innovación aplicada.

“Mi primera reacción fue ‘¡guau!’”, dice Keziah, “Vimos de inmediato cómo esta idea podría tener un impacto. ¿Y la mejor parte? Sabíamos que nuestro cliente no era un recién llegado a este campo. Este era el director ejecutivo de una empresa de reciclaje de plásticos que tenía la escala, la experiencia y la posición en el mercado para remodelar toda la industria”.

Dando forma al proyecto

Keziah y el equipo rápidamente se pusieron al día. “El cliente nos informó que el reciclaje informal de desechos plásticos en la región fue facilitado principalmente por recolectores individuales a través de transacciones de lápiz y papel, de persona a persona. Nuestro objetivo era aumentar la calidad y el rendimiento del plástico que llega a nuestro cliente para ser procesado”.

Con esto surgió una visión para crear una economía verdaderamente “circular” para el plástico en la que el material permanece fuera del suelo y se reutiliza continuamente, eliminando los desechos y la contaminación.

“Estaba realmente emocionado por la amplitud de esta ambición”, dice Keziah. “Nos dimos cuenta de que contenía una idea muy importante: para impulsar la demanda de una economía circular, debe involucrar a los consumidores conscientes del medio ambiente”.

Alcance de la solución

Sobre la base de entrevistas con las partes interesadas clave, el equipo identificó los principales desafíos. “Sabíamos que una aplicación era parte de la solución porque la mayoría de los recolectores de plástico informales tienen teléfonos inteligentes y, por supuesto, los consumidores conscientes del medio ambiente se sienten cómodos con las aplicaciones”.
 
Sin embargo, uno de los principales obstáculos que impidió que estos consumidores actuaran de acuerdo con sus valores fue que el reciclaje puede ser una actividad poco sencilla: no sabían a dónde iba el plástico que reciclaban y no podían ver el impacto. de sus esfuerzos. 

“Nuestra aplicación necesitaba brindarles a los consumidores una forma de tomar decisiones favorables al planeta de manera conveniente y con solo unos pocos toques”, explica Keziah. “Para los recolectores, la aplicación proporcionaría un flujo constante de trabajos y plástico de mayor calidad, lo que significa que tendrían que buscar menos”.

El equipo generó ideas de funciones, con el equipo técnico asesorando sobre lo que era posible, y trabajando con el cliente para ser prácticos y limitar la cantidad de funciones de la aplicación que posiblemente podrían construirse en unos pocos meses. Se planearon otras características en iteraciones futuras. “También nos esforzamos por mantener el diseño simple, utilizando un enfoque de ‘producto mínimo viable’ (MVP), también fue importante para eliminar el riesgo de una solución digital como esta”, dice Keziah.

Incorporando la gamificación desde el principio

El equipo invitó a Marigo Raftopoulos, quien tiene un doctorado en gamificación y asesora a consultorías, empresas emergentes y universidades sobre los fundamentos y estrategias de la gamificación, para consultar sobre el proyecto.

“Realmente disfruté involucrar a Marigo en este proyecto, porque nos enseñó cómo integrar la gamificación desde el principio. Realmente implica comprender la psicología y la motivación de los usuarios. Por ejemplo, los clientes conscientes del medio ambiente pueden estar motivados por el deseo de hacer públicos sus valores pro-planeta y quieren compartir su impacto en las redes sociales, mientras ganan insignias y puntos”, dice Keziah.

Los aspectos de la gamificación planeados para la aplicación fomentan específicamente ciertas interacciones, continúa explicando. “Cuando el consumidor pasa el plástico al recolector, el recolector utilizará la aplicación para revisar la calidad de los materiales. Esta evaluación informa cuántos puntos obtiene el consumidor, lo que los motiva a dar a los recolectores plástico de mejor calidad”.

Además, la aplicación facilitará que los consumidores con conciencia ecológica vean los beneficios de sus acciones. “En el futuro, nos encantaría poder mostrar a los usuarios que el plástico que reciclaron se ha convertido en un objeto cotidiano, como una silla o una maceta”.

Superando desafíos

“Lo más destacado para mí fue poder cocrear una solución innovadora con el cliente junto con expertos de Capgemini de varios equipos y regiones, todos los cuales tienen diferentes procesos y estilos de trabajo”, dice Keziah.

“COVID-19 nos obligó a construir confianza y alineación, dejando espacio para la resolución creativa de problemas, utilizando métodos de colaboración remotos y virtuales. El equipo se unió muy rápidamente gracias a nuestro compromiso de construir una solución pro-planeta.

Un objetivo compartido

Este proyecto fue un gran ejemplo de colaboración, no solo entre los equipos internos y el cliente, sino también con la participación de expertos del ecosistema más amplio. Todos trabajaron juntos con un objetivo en mente: llevar la visión del cliente, mejorar el medio ambiente y apoyar una economía circular.

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