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Garantizando la resiliencia y sostenibilidad de los proveedores del sector aeroespacial y de defensa en un mundo volátil

Gilles Bacquet
24 Apr 2023
capgemini-engineering

En las últimas décadas, las grandes empresas fabricantes han creado amplias redes globales de proveedores, perfectamente configuradas para suministrar piezas esenciales a tiempo.

Sin embargo, las cadenas de suministro han demostrado ser más frágiles de lo que se pensaba. La pandemia mundial ha demostrado que las grandes crisis pueden provocar cambios profundos para los que los proveedores pueden no estar suficientemente preparados. Y cuando salimos de ese proceso, ya sea un día o un año después, los suministradores individuales pueden no ser los mismos. Es posible que hayan quebrado, perdido personal clave, cambiado de clientes o que simplemente no estén preparados para la nueva situación.

Afortunadamente, la próxima pandemia está a años vista. Pero las crisis son cada vez más frecuentes y el sueño de cadenas de suministro “sin fronteras” se desvanece. Ya sea por el Brexit, Ucrania, los parones, el proteccionismo, las sanciones, los desacuerdos o que un barco se quede atascado en el canal de Suez, el mundo es menos estable para los suministradores, lo que significa que quienes dependen de ellos deben estar más preparados.

Esto se deja sentir con especial fuerza en los sectores aeroespacial y de defensa, en los que alrededor del 80% de cualquier producto acabado procede de la cadena de suministro, esperándose que escalen en esta época de incertidumbre.

Las previsiones apuntan a que serán necesarios 40.000 nuevos aviones en los próximos 20 años, tras la rápida reducción registrada durante la pandemia. El sector de defensa lleva años reduciendo el gasto y dejando de fabricar muchos productos, pero ahora debe reabastecerse y reinventarse a medida que aumentan las amenazas y el apoyo a Ucrania agota los suministros.

A medida que construyan y hagan evolucionar las cadenas de suministro, se enfrentarán a nuevos retos. Por ejemplo, los materiales, desde el aluminio hasta los chips, son muy demandados por la automoción, una industria mucho más intensiva en materiales. También tendrán que prestar más atención a la sostenibilidad: las nuevas normas y exigencias pueden impedir que los proveedores más contaminantes sigan en activo durante mucho tiempo.

Por tanto, son necesarias cadenas de suministro más sostenibles, que ofrezcan certidumbre a largo plazo, para garantizar un aumento masivo de la producción en un mundo impredecible en el que la competencia por los recursos persiste.

¿Qué deberían hacer?

Construyendo cadenas de suministro resilientes y sostenibles desde la base

A nivel superior, una cadena de suministro resiliente puede ser vista como una torre de control, con visibilidad de los niveles de stock y los eventos, respaldada, además, por una inteligencia artificial avanzada que realice optimizaciones y recomendaciones en tiempo real. De hecho, Capgemini tiene conocimiento experto sobre cómo construir este sistema

Sin embargo, el sistema solo es tan bueno como la información que se le proporciona. En un mundo volátil, esto significa comprender los riesgos a los que se enfrentan los propios proveedores para poder tomar decisiones a nivel individual, lo que aporta resiliencia a toda su cadena de suministro.

¿Cuáles son los riesgos para la resiliencia en tu cadena de suministro?

Algunos riesgos conllevan problemas muy específicos. Una máquina averiada retrasará los pedidos. Si el proveedor tarda en actuar, la solución puede ser, literalmente, enviar a tu auditor a supervisar el pedido de piezas de repuesto y la reparación.

Otras pueden ser más estructurales. Si los proveedores se muestran reacios a suministrarte aluminio (por ejemplo, debido a una ralentización del suministro mundial), puede que tengas que cambiar tu enfoque, por ejemplo, pasando tu contrato de seis meses a cinco años, o pujando más alto para asegurarte la preferencia, o añadiendo nuevos suministradores. Para ello hay que analizar detenidamente las necesidades. Si tienes un compromiso con el proveedor y éste quiebra o cambias a un diseño que no sea de aluminio, sales perdiendo. Pero si no se hace nada, puede que no se disponga de los materiales necesarios para fabricar el producto.

Cada vez más, ser resistente significa ser sostenible. A medida que surgen nuevas normativas sobre el cambio climático y los consumidores aumentan la presión, trabajar con proveedores contaminantes dejará de ser viable. Si esos suministradores son importantes para tu producto, eso supone una amenaza para la resiliencia, lo que significa que tienes que hacerles cambiar o encontrar otros nuevos.

La primera medida será poder agregar todas las emisiones de GEI de la cadena de suministro (desde las materias primas hasta los proveedores Tier 1) para calcular las emisiones entrantes y generar informes de Scope 3 (todas las emisiones indirectas, no incluidas en el Scope 2) que se producen en la cadena de valor de la empresa declarante, incluidas las emisiones upstream y downstream). Definir los estándares de la industria y las herramientas para la elaboración de informes es un reto real que hay que abordar.

Entiende los riesgos y haz cambios para la resiliencia

Entender el origen de estos problemas significa hacer el duro trabajo de visitar a los proveedores, lo que puede formar parte de un proceso de auditoría continua, de integración en la empresa o de una intervención específica tras un incidente. Por ejemplo, tras la reapertura de la pandemia, trabajamos con un cliente para auditar toda su cadena de suministro, de más de 200 empresas, en un par de semanas, con el fin de evaluar el escalado tras un periodo de incertidumbre.

En cualquier caso, significa enviar expertos a las instalaciones de los proveedores para comprender su situación y recabar información. Debe realizarse con personas capaces de detectar problemas o riesgos que no aparecerían en una llamada o un análisis de datos, como existencias inferiores a las declaradas, almacenamiento incorrecto, falta de cualificación, maquinaria en mal estado o emisiones superiores a las declaradas.

Los datos de resiliencia de cada proveedor pueden combinarse con herramientas de Business Intelligence (BI), modelos de riesgo y análisis de expertos para crear un conocimiento completo de la situación en toda la cadena de suministro. Un riesgo moderado en un proveedor puede ser manejable, pero si ese riesgo se repite en todos los proveedores de ese producto, puede ser una señal de alarma que hay que abordar.

Una vez comprendidos los problemas y riesgos, se puede definir un plan de corrección o recuperación. Puede incluir actualizaciones, formación, nuevos procesos, recopilación de datos y elaboración de informes. También se debe asegurar que el proveedor lo aplica, utilizando una combinación adecuada de “zanahorias” (pedidos comprometidos, inversión) y “palos” (amenazas de llevarse el negocio a otra parte).

Incluso con los mejores planes, los proveedores fallan, y muchas empresas tardan meses o años en incorporar a otros nuevos. En un mundo volátil, hay que revisar estos procesos para agilizar la incorporación y la transferencia de trabajo. Por eso es fundamental aplicar ahora una estrategia de contratación sostenible para seleccionar únicamente nuevos proveedores con bajas emisiones y desarrollar a los actuales para mejorar sus emisiones actuales a fin de anticiparse a futuras restricciones.

Gestionando los problemas diarios

Las cadenas de suministro son complicadas e incluso los proveedores fiables se pueden equivocar. Otro aspecto clave de la resiliencia de los suministradores es contar con procesos rápidos y eficientes para resolver los problemas cotidianos, que pueden suponer grandes costes para el negocio.

Se trata de problemas como el rechazo de mercancías defectuosas. A menudo, las empresas se ocupan de esto a nivel local, pero un equipo central con una plataforma dedicada a toda la empresa suele ser más eficaz. Cuando se produce un problema a cualquier nivel, se marca en el sistema y lo resuelven expertos especializados, lo que incluye procesar el problema, volver a realizar el pedido, resolver los pagos y cerrarlo.

Adicionalmente, la clave para hacerlo bien es contar con personas con conocimientos técnicos, capacidades de gestión del cambio y habilidades interpersonales para conseguir que los proveedores escuchen y actúen. Contar con estas habilidades en los equipos locales también es importante, ya que el conocimiento del idioma y la cultura son fundamentales para obtener resultados. Los equipos locales también son vitales para mantener una baja huella de carbono.

La clave del éxito consiste en combinar la experiencia central con una red de expertos.

Conclusión

En un mundo ideal, tendríamos algo parecido a la película Minority Report, en la que predecimos exactamente lo que va a ocurrir y actuamos con antelación, enviando instrucciones directas a los proveedores para que cambien el foco y se adapten al imprevisto que se aproxima.

Esto no es realista. El mundo es demasiado complejo para prever cualquier imprevisto, desde la rotura de una máquina en un momento crítico hasta un cierre global. Pero podemos estar preparados para los problemas, con proveedores resilientes y procesos que les ayuden a adaptarse y responder a los problemas, incluida la integración de la protección del medio ambiente (GEI) como pilar fundamental. Eso significa una combinación de expertos sobre el terreno, procesos y tecnología.

Conoce a nuestro experto

Gilles Bacquet

Aeronautics CoE