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Life at Capgemini

Subir el listón

Cómo una saltadora de pértiga ha roto barreras

Además de su trabajo en Capgemini, Rachel Yang es una saltadora de pértiga que bate récords. Aquí nos explica cómo una mentalidad deportiva ha beneficiado su carrera profesional.

Cuando se trata de compañeros de trabajo con talentos ocultos, Rachel Yang pone literalmente el listón muy alto.

En su vida profesional en Capgemini, es consultora de Salesforce, pero fuera de la oficina compite como saltadora de pértiga, que ha pulverizado récords, roto fronteras y ganado medallas en importantes campeonatos deportivos.

Rachel trabaja actualmente para Capgemini en Montreal (Canadá).

“Es mi primer destino en el extranjero y me encanta. Es una ciudad muy diversa y artística, y ya he conocido aquí a gente de muchas culturas diferentes”, dice.

Empezar a trabajar en un país nuevo puede ser una perspectiva desalentadora, pero la vida deportiva de Rachel le ha ayudado sin duda a prepararse para afrontar nuevos -y quizá aterradores- retos.

“Mentiría si dijera que el salto con pértiga no da miedo”, se ríe. “La pértiga puede romperse. Te puedes caer de la red. Lo único que hay que hacer es concentrarse en la técnica. Centrarse en el proceso y no en el resultado”.

Romper fronteras

Los logros deportivos de Rachel son considerables. Las mujeres sólo han podido competir en la prueba de salto con pértiga en los Juegos Olímpicos desde Sydney 2000. La carrera de Rachel en este deporte empezó seis años después, cuando tenía 23 años.

Incluso entonces, la gente le ponía obstáculos. “Me decían que era demasiado mayor para competir en serio porque la mayoría de los atletas ya han empezado a practicar este deporte a los 17 años”, cuenta.

Sus primeros intentos no fueron nada alentadores. “En mi primer entrenamiento me rompí el ligamento cruzado anterior de la rodilla. El médico me dijo que necesitaba operarme y que no volvería a competir, pero seis meses después ya estaba entrenando”.

En 2006, Rachel era la única pertiguista femenina competitiva de Singapur. En 2007 ganó una medalla de plata en el Campeonato Asiático de Atletismo, celebrado en Jordania, y una de bronce en los Juegos Asiáticos en Pista Cubierta de ese mismo año.

En 2009, Rachel sufrió una lesión medular que amenazó con truncar su carrera. Pero con el apoyo de su familia y su equipo, volvió a la carga y batió su propio récord nacional anterior, convirtiéndose en la primera singapurense en clasificarse para el salto con pértiga en los Juegos Asiáticos.

Mentalidad de motivación

Superar retos y contratiempos son cualidades que Rachel aporta a su trabajo como consultora de Salesforce en Capgemini. “En última instancia, afronto cada obstáculo con la premisa de que existe una solución, sólo que aún no la hemos encontrado. En ese sentido, los mundos del deporte y Capgemini están conectados”, afirma.

“Con Capgemini, si me enfrento a situaciones difíciles, no me rindo. Sigo buscando una solución. El deporte me ha demostrado que eso es posible. Es una mentalidad que aplico a todo en el trabajo, desde mis respuestas por correo electrónico hasta mi enfoque de las reuniones. Creo que es cierto que cuando demuestras tu mentalidad de todas estas pequeñas maneras, pueden sumar algo mucho más grande”.

Este no es el único enfoque que ha aprendido del deporte. “Nos enseñan a visualizar todo el proceso”, explica. “Así es como pude volver de una lesión. Así es como soy capaz de hacer los saltos: Imagino cada etapa con claridad y luego la ejecuto lo mejor posible. Es un enfoque que me ayuda mucho cuando trabajo en proyectos con Capgemini.”

“Mis compañeros comentan a veces que mi espíritu de lucha -mi resistencia y determinación- es una baza real para el equipo. Con todo el entrenamiento y la presión que he sufrido en mi vida como atleta, creo que eso me da ventaja”.

Alcanzar nuevas cotas

Rachel se retiró de la competición en 2012, se casó con su entrenador y celebró el nacimiento de su primer hijo un año después. Para muchas deportistas, esto podría haber representado la conclusión de una carrera ya exitosa, pero Rachel no es como la mayoría de la gente.

Salió de su retiro en 2015 para ganar una medalla de plata (la primera de Singapur) en los XXVIII Juegos del Sudeste Asiático con un nuevo récord nacional de 3,90 metros.

“Por aquel entonces estudiaba un máster, trabajaba a tiempo completo y cuidaba de un niño de dos años”, explica. “Conté con el apoyo de mi familia y mis compañeros para salir adelante.

La gente de Capgemini ha apoyado mucho mis esfuerzos deportivos”.

A sus 41 años, Rachel no tiene previsto dejar de saltar, se entrena para los Juegos Asiáticos de 2023 y se enorgullece de ser la atleta de más edad del equipo nacional de Singapur. “Cuando gané una medalla en los Juegos del Sudeste Asiático de 2015, subí a mi hijo al podio junto a mí para la foto”, cuenta. “Esto resume mi enfoque de la vida. En eso consiste romper barreras: en superar las percepciones de los demás sobre lo que puedes conseguir, ya sea en el deporte o en tu carrera profesional.”

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