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Jean-Marie Lapeyre

Capgemini
2022-04-01

El primero de la serie de blogs – Conduciendo juntos el viaje de la innovación. Este blog habla de cómo la innovación en el sector de la automoción está siendo impulsada por las expectativas de los clientes sobre el papel que desempeñará un coche en el futuro.

Empecemos con una pregunta básica: ¿qué es un coche? Si lo preguntáramos hace unos años, obtendríamos una respuesta básica: el medio para ir del punto A al punto B. Una opinión que sigue siendo válida en muchos fabricantes de equipos originales (OEM) de automoción en la actualidad.

Pero cada vez hay más un punto de vista rival, impulsado por la evolución de las expectativas de los clientes y el ritmo frenético de la innovación tecnológica. La respuesta enfatiza el papel del vehículo como un compañero virtual, una plataforma de entretenimiento, conectividad y una extensión de la vida digital de una persona, con el aspecto del transporte considerado como la más básica de las características. Al menos cuando se trata de la decisión de compra, ya que el propio concepto de movilidad se enfrenta a una redefinición radical. Entender lo que esto significa para el desarrollo de productos es una tarea considerable para cualquier OEM, ya que entran en una nueva realidad en la que la sustancia de un vehículo -su rendimiento mecánico- se ve eclipsada por el estilo que lo acompaña.

Una relación más interactiva

No es que todo esto deba ser una sorpresa. El cambio de enfoque de la industria, de producto a servicio, siempre iba a tener consecuencias inevitables. A los clientes se les han abierto los ojos ante nuevas funciones y posibilidades. Las prioridades han cambiado, y los principales fabricantes de equipos originales están haciendo todo lo posible para mantenerse al día y anticiparse a la demanda futura.

El reto, sin embargo, es importante y comienza con la comprensión de que los coches ya no pueden construirse y venderse como parte de un proceso aislado y único. En su lugar, cada vez se hace más hincapié en la prestación de servicios conectados que evolucionan y se adaptan a lo largo de toda la vida útil del vehículo.

Estos servicios, impulsados por software, aprovechan el aumento de la conectividad en la nube para permitir una relación más interactiva entre el cliente y el fabricante de automóviles. Una tecnología que también está transformando la experiencia global de la movilidad. Los fabricantes de equipos originales se enfrentan al reto de reorientar sus recursos de innovación para ofrecer un flujo constante de nuevas características y funciones, el proverbial “estilo”, o se arriesgan a quedarse atrás.

La vanguardia de la innovación

La escala del cambio que se discute aquí es análoga al desarrollo del smartphone. Un producto que, en los últimos años, ha pasado de tener una función muy específica (hacer llamadas y enviar mensajes de texto) a ser una plataforma para el desarrollo de software y una serie aparentemente interminable de aplicaciones. Cada una de ellas permite a los usuarios personalizar su experiencia en términos de entretenimiento y funciones de valor añadido, con el apoyo de las constantes actualizaciones y mejoras del fabricante.

Comparemos ahora el smartphone con el moderno coche inteligente. Dos productos que han visto cómo el enfoque tradicional en la utilidad y el coste daba paso a las demandas de movilidad interactiva y entretenimiento. Y para los fabricantes de automóviles, las implicaciones de este cambio ya se están notando mucho. La prestación de servicios de valor añadido para complementar la experiencia de movilidad se está convirtiendo rápidamente en un campo de batalla clave en la guerra por el interés de los consumidores y, por tanto, en la vanguardia de la innovación:

  • Donde las herramientas de inteligencia artificial se están desplegando para reconocer cuando un conductor está cansado, y hacer sugerencias para una parada de descanso adecuada
  • Donde los sensores del vehículo pueden detectar el estado de ánimo del conductor y ofrecerle la iluminación y la música adecuadas para el viaje
  • Cuando las ayudas a la navegación ofrecen actualizaciones proactivas en tiempo real, teniendo en cuenta datos como la congestión y las necesidades de carga de los vehículos eléctricos.

En otras palabras, el ingenio técnico está ayudando a abrir la caja de pandora de las capacidades futuras. Ser el primero en imaginar nuevas ofertas será a su vez fundamental para los fabricantes de vehículos, y pondrá a prueba a sus equipos de I+D al máximo. Cada aspecto de la experiencia del conductor y el pasajero se evaluará cuidadosamente y se llevarán los límites a sus puntos finales lógicos. Por ejemplo, ¿puede ofrecerse una interactividad más envolvente cuando los coches están en control de crucero en las autopistas? ¿Y qué oportunidades ofrecerá el control por voz mejorado? Para responder a estas preguntas hay que tener una idea clara de cómo quieren los consumidores consumir contenidos -desde las redes sociales hasta las presentaciones de trabajo- en tránsito, e innovar constantemente para satisfacer estas necesidades.

Un enfoque del progreso en dos fases

Sin embargo, existe un escenario lógico de “antes y después” al que se enfrentan los OEM en el desarrollo de nuevas capacidades, debido a la futura introducción de vehículos totalmente autónomos:

  • Antes: donde existen limitaciones evidentes para que el conductor no se distraiga mientras controla el vehículo
  • Después: cuando los conductores se convierten en “un pasajero más” capaz de dirigir toda su atención al conjunto completo de servicios digitales disponibles

Lo que sí podemos afirmar con cierta seguridad es que la fase posterior está todavía a unos cuantos años vista. De ahí que la actividad actual se centre en gran medida en mejorar el antes. Y es aquí donde vemos que herramientas como la transformación impulsada por el software, la inteligencia artificial y la conectividad de datos se utilizan con libertad creativa para revolucionar el “estilo” de la oferta. Para imaginar nuevas formas de deleitar a los clientes y para aportar un inconfundible factor sorpresa a los nuevos modelos. Todo ello con la vista puesta en todo el ciclo de vida de un vehículo y, en particular, en las últimas etapas, en las que podría encontrarse el mayor potencial de generación de ingresos sin explotar.

Resumiendo

Entonces, ¿la sustancia está empezando a triunfar sobre el estilo en el diseño de automóviles? La respuesta no es un sí seguro, pero la tendencia va en esa dirección. Tiene que ser así, ya que los consumidores reconocen lo que es posible cuando su coche se convierte en un compañero virtual, y alimentar esta expectativa se convertirá sin duda en una fijación para los OEM.

El progreso se basará en nuevos modelos de negocio que ayuden a introducir un enfoque más pragmático y flexible para la resolución de problemas y la entrega de innovaciones. La rapidez de los resultados lo será todo. Todo ello con el apoyo de una infraestructura tecnológica con el alcance y la escala necesarios para reiniciar los procesos de producción tradicionales. Se trata de una evolución inevitable a medida que los fabricantes de equipos originales pasan de ser una empresa de ingeniería y hardware a una empresa dirigida por la tecnología.

Ahora es el momento de que los OEM de automoción refuercen sus capacidades de desarrollo. Para garantizar la agilidad necesaria para responder dinámicamente a cualquier nueva oportunidad, permitiendo al mismo tiempo que la innovación fluya sin problemas en toda la empresa. Este es nuestro objetivo en Capgemini, ayudar a los fabricantes de automóviles a ser “fluidos como el agua”. Para saber más sobre cómo lo hacemos, incluyendo un análisis más profundo del desafío y la oportunidad, lee nuestro último episodio de Technovision 2022, que puedes descargar aquí.

AUTOR

Jean-Marie Lapeyre Chief Technology & Innovation Officer, Global Automotive Industry