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Los bancos y las fintech, una relación de amor-odio

Capgemini
2016-05-30

Según el Informe mundial de banca retail 2016 (World Retail Banking Report, WRBR 2016), publicado por Capgemini y Efma, a nivel mundial, el 63% de los clientes utiliza productos o servicios financieros ofrecidos por empresas no bancarias, en España este porcentaje es del 70%.

Una de las razones que explicaría la entrada de estos nuevos actores ha sido la rapidez con que los clientes han adoptado las nuevas tecnologías (sobre todo smartphones). Esta celeridad está cambiando sus necesidades y la forma en que interactúan con su entidad financiera. Además, piden productos y servicios innovadores, a la medida de sus necesidades y con la mejor experiencia de usuario.

La lentitud de las entidades en responder a estas expectativas ha sido aprovechada por los nuevos actores no bancos entre los que se encuentran distribuidoras, grandes empresas tecnológicas, o startups financieras tecnológicas (fintech) que, basándose en su experiencia y conocimiento de la tecnología, no han perdido la oportunidad para entrar en las áreas  más rentables y tradicionales de la banca.

En cuanto a los productos en los que están poniendo mayor foco, los pagos y asesoramiento, donde han entrado Paypal, Mooverang o Fintonic. Les siguen préstamos e inversiones, con empresas como Lending Club, Zopa o Prosper. También grandes empresas tecnológicas, como Apple o Google quieren entrar en el mundo de pagos, con soluciones como ApplePay y GoogleWallet.

Como consecuencia, los bancos se ven obligados a dar respuesta a las mayores expectativas de sus clientes y deben también enfrentarse a la pérdida de parte de su negocio tradicional en un momento que ya es complicado para el sector (aumento de la presión regulatoria, mayores requerimientos de capital, estrechamiento de márgenes, transformación digital, etc).

Pero no todo es negativo, la banca empieza a ver que las fintech  pueden ser socios con los que colaborar. Al menos, ésta es la opinión del 65,3% de los directivos entrevistados para la realización del WRBR 2016. La forma de colaboración va desde la puesta en marcha de incubadoras y aceleradoras hasta la compra de empresas. Algunos ejemplos: el BBVA en USA adquirió el banco móvil Simple en 2013, y en Reino Unido invirtió 45 millones de libras en Atom Bank; el Banco de Santander en UK ha creado un fondo de capital-riesgo (Santander Innoventure) de 100 millones de dólares para invertir en tecnología; Barclays a través de su iniciativa Barclays Accelerator ha optado por ceder el uso de locales, equipos y asesoramiento a startups seleccionadas. Y hay muchas iniciativas similares en todo el mundo.

Otra forma de cooperación es el desarrollo de APIs abiertas a través de las cuales datos de clientes propiedad del banco, son accesibles por aplicaciones web o móviles de un partner y pueden ser usados para ofrecer productos y servicios atrayentes. Los reguladores también se han puesto las pilas: en la Unión Europea, la Directiva de pagos II (PSD2) obliga a los bancos a abrir sus APIs a terceros de confianza si el cliente da su consentimiento.

Ahora bien, para afrontar un entorno colaborativo en el que se beneficien ambas partes el banco requiere de unos sistemas de back-end ágiles y escalables, sin aplicaciones obsoletas y sin silos de datos.

¿Cómo será la relación entre los bancos y las fintech? ¿Qué colaboraciones serán más destacables? Tendremos que estar muy atentos a todas estas cuestiones ya que estamos en una época de cambios para el sector.