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Completar el círculo virtuoso de la automatización

Capgemini
2019-04-01

Desde que se ha iniciado el año los datos macroeconómicos muestran una paulatina desaceleración de la economía, debido en buena parte al estancamiento o la caída, según el mercado, de la productividad. Tanto a niveles macro como micro, este va a ser el indicador esencial que marque el devenir los sectores de actividad y de las empresas. Siempre ha sido crítico, pero la globalización, la digitalización y los nuevos perfiles de consumo están exigiendo a las organizaciones ser más eficientes que nunca para labrarse posiciones competitivas que sean sólidas y duraderas.

Tan importante es este parámetro, que en 2016 la Comisión Europea recomendó formalmente a los países de la zona euro la puesta en marcha de consejos nacionales de productividad para analizar de forma permanente las políticas que puedan impulsar y afectar a su evolución. Hace un mes, el organismo daba cuenta de que muy pocos países habían puesto en marcha una iniciativa de este tipo e instaba de nuevo a hacerlo.

Aunque es un parámetro complejo y difícil de medir, todas las voces coinciden en que uno de los grandes factores de los que depende la productividad es el de la innovación tecnológica. Sin embargo, ¿en qué se concreta?

No sería nuevo decir que la automatización de procesos es el objetivo más buscado por las empresas en pos de este objetivo. Originalmente, esta se acometió para generar ahorros de costes, pero conforme han ido emergiendo nuevas tecnologías, la capacidad de la automatización ha ido evolucionando hasta convertirse en un verdadero sinónimo de optimización de procesos integrales y de eficiencia. Una de las mayores disrupciones ha sido la eliminación de barreras entre la operación, el dato y donde reside la información, la palanca ha sido la tecnología y como ha avanzado en campos como IoT, movilidad y el Cloud. Esto nos ha llevado a poder hacer un seguimiento de la operativa de negocio con visión integral y en tiempo real desde plataformas completamente transversales a la organización.

De hecho, el desarrollo de la automatización ha sido tan rápido que ahora estamos yendo a un escenario más dinámico aún, donde la Inteligencia Artificial, el machine learning están siendo nuevos impulsores, ampliando enormemente el abanico de posibilidades de digitalización, inteligencia predictiva, interconexiones… Podría decirse que pocos procesos se escapan de poder ser automatizados parcial o totalmente para aportar más valor al negocio. Más aún, esta mayor convergencia de tecnologías en los proyectos está demostrando que el potencial de la automatización se amplía para traducirse en reducción de riesgos, más seguridad, aumento de ingresos, generación de nuevos negocios o mejores experiencias tanto de clientes, como de empleados.

Pese a todo esto, es importante entender que la correlación entre automatización y mejoras de productividad no es necesariamente directa e inmediata para las empresas. De hecho, a día de hoy, casi un 60% de las empresas considera que la adopción de la automatización no ha propiciado todavía un aumento de la productividad esperada, algo que comparten casi por igual tanto la alta dirección como la base de empleados.

¿Qué es lo que sucede? Primero, las empresas están en un modelo de prueba- error; segundo, las compañías adolecen de programas de upskilling de los empleados.

Este segundo factor es determinante pero apenas se contempla en las estrategias de automatización. Nuestros recientes estudios señalan que la implementación de esta tecnología puede generar beneficios, pero siempre y cuando se acompañe con la adecuación de las competencias del personal propio. Ciertamente, al transformar la fuerza de trabajo, tareas y roles que actualmente existen, como me adapto a esos cambios.

El éxito de la estrategia de automatización reside en la gestión del cambio de la organización: cuales son los grandes cambios y como me afectarán, con un plan de acción claro que empuje la adecuación de los perfiles a los nuevos roles, y esto pasa por formación de esos empleados.

Así con todo, en un momento en el que las empresas deben llevar su digitalización a nuevos estadios, es importante que trabajen bajo este prisma ampliado de lo que debería abarcar esta disciplina tecnológica. De esta manera, pueden completar el círculo virtuoso de la automatización y contribuir a la mejora de la productividad como reto individual y, como reto colectivo.