Mi transición al ámbito de la tecnología comenzó apenas hace dos años, gracias al programa de formación Women Tech Bootcamp para mujeres en tecnología ofrecido por el centro ADCenter de Capgemini en Murcia.

Raquel Sánchez Guirado

Te presentamos la historia de Raquel, que pasó de ser filóloga inglesa a convertirse en ingeniera de software gracias a su participación en el Women Tech Bootcamp de Java del ADCenter de Murcia.

¿Cómo empezó tu historia en el sector tecnológico hasta llegar a ser ponente del evento de SW T3chfest?

El T3chfest 2024, que se celebró los días 14 y 15 de marzo en la Universidad Carlos III de Madrid, representa un hito en mi viaje personal en el mundo de la tecnología. Fue un honor haber sido seleccionada como una de las 60 ponentes entre las 749 propuestas destacadas en este evento de vanguardia, que lleva celebrándose desde el año 2013. Sin embargo, mi transición al ámbito de la tecnología comenzó apenas hace dos años, gracias al programa de formación Women Tech Bootcamp para mujeres en tecnología ofrecido por el centro ADCenter de Capgemini en Murcia.

En mi historia pueden verse reflejadas otras personas, especialmente mujeres, cuya trayectoria hacia la industria de la tecnología, al igual que la mía, no siguió un camino estándar. Muchas y muchos estudiantes no lo tienen claro a la hora de elegir, y yo opté por la carrera de Filología Inglesa en la Universidad de Murcia al no tener un rumbo definido. A pesar de mi elección aparentemente alejada del mundo IT, siempre sentí una gran afinidad y curiosidad por la tecnología. Incluso mientras finalizaba mis estudios universitarios y una formación de marketing y comercio internacional, trabajé en un establecimiento de venta de productos electrónicos, como teléfonos, tablets y otros dispositivos de sonido. Posteriormente, trabajé casi seis años como administrativa en el departamento de logística en una empresa. Sabía que podía dar mucho más y que necesitaba encaminarme hacia algo que realmente me llenase.

En verano de 2022 me encontré con la posibilidad de reorientar mi carrera hacia el sector tecnológico y, a pesar de que fue una dura decisión, dejé años de experiencia de trabajo y una posición estable y bien remunerada para volver a empezar. Pero no desde cero, sino con una perspectiva más madura y con una valiosa experiencia a mis espaldas. Desde entonces, he explorado diversas áreas de la tecnología, desde el desarrollo de aplicaciones web como fullstack hasta el análisis funcional de proyectos.

¿Por qué ser ponente en eventos de tecnología? ¿Qué te aporta?

La idea de realizar charlas e ir a eventos me rondaba la mente prácticamente desde que comencé mi transformación profesional, ya que siento que mi historia puede ayudar y servir de inspiración a otras personas y, en concreto, a otras mujeres.

Cuando envié mi propuesta para participar como ponente en el T3chfest, nunca imaginé ser aceptada. Esta oportunidad me brindó un escenario perfecto para compartir mi viaje y mis perspectivas con una audiencia diversa y apasionada. Me di cuenta de que el camino hacia la tecnología no siempre es lineal ni convencional, pero cada paso, desafío y logro ha sido esencial en mi crecimiento como profesional. Mi voz, junto con las de muchas otras mujeres del sector, es un testimonio de la diversidad de talento y la riqueza que aportamos a este campo en constante evolución.

La charla, titulada “Políglota del siglo XXI: filología y programación”, ha sido una forma de reconciliarme conmigo misma, y me ha ayudado a aceptar que todas las experiencias son válidas y que mis decisiones vitales son las que me han llevado a estar hoy aquí. Durante mi intervención, pude aunar mis conocimientos como filóloga y como actual programadora, estableciendo un análisis comparativo entre los lenguajes naturales y los lenguajes de programación; entre dos mundos aparentemente antagónicos como son las letras y las ciencias.

¿Cómo es tu día a día en Capgemini?

Me encuentro integrada dentro del equipo de desarrollo en un proyecto para un cliente del sector Movilidad y Transportes.

Mis tareas son analizar las solicitudes del cliente, crear las correspondientes historias de usuario para su validación, ayudar al entendimiento por parte del resto del equipo y garantizar la calidad del desarrollo a través de pruebas expertas, entre otros. En algún caso me integro y colaboro con el equipo en el desarrollo de historias de usuario o resolución de errores.

Mi “día a día” implicaría toma de requisitos del cliente, analizar y ofrecer las mejores soluciones, ayudar al entendimiento por parte del equipo, y en general, ayudar en diversas tareas que mejoren el producto desarrollado para el cliente.

¿Qué valoras de trabajar en Capgemini?

Destacaría cuatro aspectos principalmente, el ambiente de trabajo en proyecto que es muy positivo, las oportunidades de crecimiento profesional que brinda la empresa, el buen equilibrio entre trabajo y vida personal y que siento que contribuyo significativamente al éxito de los proyectos en los que me encuentro asignada.