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Beacons: factores claves de su potencial tecnológico y comercial

Capgemini
2014-12-02

Los Beacons se están convirtiendo en una de las herramientas tecnológicas más innovadoras y deseadas por las empresas de todo el mundo, tanto las dedicadas al sector retail o distribución minorista de productos/servicios como las pertenecientes a otros sectores (p.ej. transporte, banca y sector hospitalario, entre otros), debido a su enorme potencial comercial y de valor añadido para clientes y/o usuarios.

Si bien es cierto que en España aún no se ha extendido su uso masivo, en mi opinión en gran parte debido a su desconocimiento, las compañías se están dado cuenta cada vez más de la importancia creciente de contar con este tipo de tecnologías que les permiten interactuar con sus clientes y potenciales clientes en un nivel superior: en base al parámetro de proximidad física del cliente al punto de venta, establecimiento o local de la compañía.

Esto unido al boom actual de las aplicaciones para dispositivos móviles (“Apps”), el desarrollo de las tecnologías de tratamiento masivo de información y datos personales existentes en las compañías (conocidas como “Big Data”), así como al hecho de que a día de hoy España se ha posicionado como uno de los principales países en cuanto a penetración y uso de terminales móviles inteligentes o smartphones por usuario, nos permite concluir sin lugar a dudas que los Beacons será una tecnología en auge en un futuro muy próximo en nuestro país, llegando a ser un factor de diferenciación respecto a la competencia.

Pero, ¿qué son realmente y cómo funcionan los Beacons? Se trata de pequeños dispositivos que permiten a las empresas, que los utilizan como parte de su estrategia comercial, el unir el mundo digital y el físico, maximizando así la experiencia de cliente o usuario. Evidentemente, para ello es necesario que la empresa haya adoptado una buena y coordinada política de experiencia de cliente omnicanal y disponga de herramientas tecnológicas tales como una App móvil.

Estos dispositivos, los Beacons, no trasmiten ningún tipo de contenido, mensaje o notificación, si no que emiten una señal de localización que es detectada (incluso en segundo plano) por una App móvil instalada en el dispositivo del usuario y en la cual se encuentran configuradas una serie de acciones a realizar al detectar la señal emitida por Beacon y según la proximidad a éste.

Por poneros un ejemplo práctico, imaginad que tenemos un cliente VIP que pasea por el centro comercial en el que se ubica nuestra tienda de productos de alta gama. Al acercarse a nuestro escaparate, la App que tiene instalada en su dispositivo móvil, podría recibir la señal de localización del Beacon instalado en nuestra tienda y le podríamos incluso mostrar en pantalla un descuento u oferta comercial personalizada en base a sus intereses y/o en transacciones anteriores, todo ello con el fin de que realice nuevas compras ese mismo día en nuestra tienda. Ya que está por allí, ¿por qué desaprovechar esta oportunidad?, ¿verdad?

A nivel tecnológico, para conectarse con los terminales de los clientes o usuarios, los Beacons utilizan un tipo de conexión inalámbrica denominada “Bluetooth Low Energy” (BLE) que supone un consumo de batería muy reducido y que alarga la duración de la batería del Beacon. No olvidemos que la tecnología Bluetooth 4.0 está integrada y disponible en la mayoría de los smartphones de última generación y por ello es completamente interoperable e interconectable con todos ellos.

Como he comentado antes la distancia al Beacon determinará las acciones a realizar en la App instalada en el dispositivo. Hay tres distancias a tener en cuenta cuando se realiza la configuración de Beacons en un establecimiento o local:

  • Lejana: Aproximadamente entre 10 y 50 metros de distancia al Beacon. Esta distancia nos permitirá llevar a cabo y ejecutar determinadas acciones, comerciales o no,  y facilitar información de utilidad, cuando el cliente o usuario aún no ha entrado en el establecimiento o cuando esté próximo a la zona de entrada o del expositor del mismo. Un ejemplo sería cuando el cliente pasa por delante de nuestro escaparate y recibe una oferta especial para esa tienda en concreto o cuando entra en el establecimiento y recibe un mensaje de bienvenida personalizado.
  • Cercana: Aquella configuración que permite ejecutar determinadas acciones cuando el cliente o usuario ya se encuentra en el interior de nuestro establecimiento y se encuentra a pocos metros del Beacon, por ejemplo cuando el cliente o usuario ha entrado en un determinado departamento o zona concreta.
  • Inmediata: A unos centímetros del Beacon. Dentro de esta proximidad se pueden acciones o interacciones cuando el cliente o usuario se encuentra físicamente ubicado a escasos centímetros de un producto de su interés y lo utilizamos para enviarle información específica de éste o cuando se encuentra en la línea de cajas para realizar el pago por móvil. En este último ejemplo de m-Payment, sería una utilidad similar a las que ofrecen las tecnologías conocidas como Near Field Communication (NFC) y que a día de hoy no todos los móviles ofrecen, con la diferencia de que con los Beacons, al permitir una mayor distancia de conexión, podría realizarse esta acción también en las distancias anteriores.

Ante este potencial tecnológico y de negocio no es de extrañar que cada vez existan más proyectos de desarrollo, consultoría e investigación para estos dispositivos. Este es el caso del proyecto piloto realizado por Capgemini, para un retailer de presencia internacional, en el que se logró diseñar una App con sistema de localización en tiempo real y que permite la identificación y localización de los usuarios en interiores. Estos usuarios tienen la posibilidad de acceder a la consulta de puntos de interés cercanos en un mapa interactivo, que les guía fácilmente hasta su destino.

En un futuro inmediato los Beacons juntos a los “wearables” o dispositivos “ponibles” como relojes y gafas inteligentes, favorecerá el crecimiento de lo que conocemos con el nombre de “Internet de las Cosas” y no cabe duda que a las empresas aún les queda mucho por hacer e innovar para no quedarse atrás y no perder competitividad.