El software es cada vez más crítico para la industria de automotriz, pero los fabricantes de equipos originales no pueden lograr la necesaria “softwarización” de principio a fin sin agilidad empresarial. Esto significa adoptar enfoques ágiles en toda la organización, no solo en el desarrollo de software, sino también en el software integrado e incluso en funciones centrales como el marketing.
Sin la agilidad empresarial, los fabricantes no podrán competir con los nuevos participantes en el mercado ni adaptarse a un mundo que se está transformando rápidamente para centrarse en el cliente, la sostenibilidad y la electrificación. Tampoco podrán reclutar el talento que necesitan. En el peor de los casos, una empresa automotriz podría convertirse en la nueva Nokia.
Sin embargo, trabajar con Agile presenta retos especiales para la industria: por ejemplo, la necesidad de cumplir con normativas exigentes y la dificultad de combinar un proceso de desarrollo de software Agile con los procesos de desarrollo (y control de calidad) más convencionales utilizados para el hardware. Estos retos son aún mayores cuando los métodos ágiles tienen que ampliarse a toda la empresa. Sin embargo, el mayor reto es probablemente la mentalidad actual del sector.
Capgemini ha llevado a cabo recientemente una investigación cualitativa y cuantitativa sobre el grado de éxito con el que se están superando estos retos y lo que aún queda por hacer.
Transformar un fabricante de automóviles tradicional con su estructura establecida hacia el Agile no se hace de la noche a la mañana, sin embargo, es posible. Se recomienda un enfoque de cuatro pasos para pilotar Agile, luego escalarlo horizontal y verticalmente, y finalmente lograr una verdadera agilidad empresarial.