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Los retos más decisivos de la banca (I)

Capgemini
2017-02-20

En noviembre de 2016, 40.000 cuentas bancarias de Tesco Bank en Reino Unido sufrieron un ataque informático. También, varios bancos rusos fueron víctima de una oleada de ciberataques desde una red de más de 24.000 computadoras repartidas en 30 países. Meses antes, SWIFT, la plataforma que emplean los bancos para realizar miles de transferencias diarias, avisó de una serie de ciberincidentes graves… Si bien son casos que se hicieron públicos por su gravedad, de alguna manera ilustran cómo las brechas de seguridad forman parte del día a día de las entidades financieras, aunque en gran medida sean detectadas y corregidas a tiempo, sin llegar a alterar la actividad de la organización ni a afectar a los clientes.

A medida en que la banca se introduce cada vez más en el entorno digital, más expuesta está a las amenazas informáticas, cada vez más numerosas y sofisticadas. Por este motivo, la ciberseguridad es actualmente la prioridad número uno para el sector bancario, que no puede permitirse no tener las suficientes capacidades de detección y seguridad. Y es que un reciente estudio de Capgemini señala que solo uno de cada cinco directivos de banca reconoce tener la capacidad de detectar un ciberataque.

En pro de la seguridad, prevemos que la banca va a seguir profundizando en la blockchain, buscando más usos potenciales desde laboratorios de innovación y mediante alianzas, la que encarna Hyperledger Project, un consorcio colaborativo de código abierto para el desarrollo de esta tecnología. También apostará por las autentificaciones biométricas para los pagos, pues la unicidad por individuo de los criterios que utiliza tiende a dar una mayor seguridad que los sistemas convencionales.

Otra de las tendencias dominantes detectadas por Capgemini en su análisis anual de la evolución de los bancos es su transformación hacia el papel de plataformas. Las entidades comenzarán a abrir sus API para permitir a las FinTech y a otros intermediarios y desarrolladores ofrecer una amplia variedad de servicios más innovadores y cercanos al consumidor, que estarán disponibles en forma de aplicaciones alojadas en su plataforma online. Sin necesidad de acometer grandes desarrollos de infraestructuras, esto supondrá a los bancos nuevas fuentes de ingresos y dar al cliente una ventanilla única con acceso a diversidad de productos y servicios, propios y de terceros.

Esta tendencia está necesariamente ligada a otro de los ejes que serán protagonistas en la evolución del sector: la migración de los bancos a la nube. La mejora de los sistemas de seguridad y control de los datos ha ido propiciando una mayor confianza de la banca en el cloud, consciente también de la flexibilidad y agilidad que brinda en sus sistemas de mid y back office y en analítica de datos. Además, teniendo en cuenta la reducción de costes que representa, se espera que el uso de la nube aumente hasta un 30% en tres años.

Curiosamente, en algunos ámbitos se apunta que este hecho llevará a los bancos a acometer la venta de sus centros de datos, pues ya no necesitarán disponer y mantener costosos espacios físicos. Capital One, Bank of America o el Banco Mundial, por ejemplo, ya han anunciado planes en este sentido.